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El Parlamento Europeo quiere una industria textil más ecológica y sostenible

El pleno dio visto bueno a sus recomendaciones para una estrategia de la UE para textiles sostenibles y circulares, con 600 votos a favor, 17 en contra y 16 abstenciones. El texto propone medidas para que los productos de confección vendidos en la UE sean más duraderos y fáciles y de reutilizar, reparar y reciclar. La producción textil debe respetar los derechos humanos, sociales y laborales, así como el medio ambiente y el bienestar animal, en toda la cadena de suministro. Los eurodiputados también proponen acabar con la llamada «moda rápida».

El Parlamento quiere que los consumidores tengan más información y facilitar así que elijan productos sostenibles. También reclama que la próxima revisión del reglamento sobre diseño ecológico incluya la prohibición de destruir el género no vendido o devuelto. Los eurodiputados piden reglas claras para frenar el postureo verde de los fabricantes, que podrían incluirse en las propuestas legislativas en trámite sobre capacitación de los consumidores para la transición ecológica o sobre alegaciones medioambientales.

La futura revisión de la directiva marco sobre desechos también debe incorporar, según los eurodiputados, objetivos específicos para evitar el desperdicio de textiles, así como sobre su recogida, reutilización y reciclaje. La resolución anima a la Comisión a poner en marcha una iniciativa para evitar y minimizar la dispersión de microplásticos y microfibras al entorno sin más dilación.

La ponente Delara Burkhardt (S&D, Alemania) señaló: «Los consumidores por sí solos no pueden reformar el sector textil global a través de sus hábitos de compra. Si dejamos que el mercado se autorregule, dejamos la puerta abierta para un modelo de moda rápida que explote a las personas y los recursos del planeta. La UE debe obligar a los fabricantes y a las grandes empresas de moda a operar de manera más sostenible. Las personas y el planeta son más importantes que los beneficios de la industria. Los desastres que han ocurrido en el pasado, como el derrumbe de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh, el crecimiento de vertederos textiles en Ghana y Nepal, el agua contaminada y los microplásticos en nuestros océanos, muestran lo que sucede cuando no seguimos este principio. Hemos esperado lo suficiente — ¡es hora de hacer un cambio!».