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El proyecto «POSIDONIA+» del Grupo Tragsa aplica nuevas técnicas para la reproducción de praderas marinas

En un mundo cada vez más consciente de los impactos ambientales, las empresas juegan un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad. Una de las áreas donde esta contribución se hace más evidente es en la restauración de ecosistemas marinos, como las praderas de posidonia oceanica, esencial es para la salud de los océanos y la vida marina. 

Este tipo de iniciativas no solo protegen la biodiversidad, sino que también ayudan a mitigar el cambio climático y promueven la sostenibilidad a largo plazo.

La posidonia oceánica, planta fanerógama exclusiva del Mediterráneo, cumple funciones vitales en los ecosistemas marinos. Actúa como un pulmón submarino, produciendo oxígeno y sirviendo de refugio para una gran diversidad de especies. 

Además, sus praderas funcionan como filtros naturales, manteniendo el agua cristalina y contribuyendo al secuestro de carbono. Sin embargo, estas praderas están amenazadas por la contaminación, el anclaje de embarcaciones y la expansión de infraestructuras costeras, lo que pone en peligro no solo la planta, sino todo el ecosistema marino asociado.

Uno de los ejemplos más destacados en restauración de estos hábitats es el proyecto POSIDONIA, impulsado por el Grupo Tragsa, miembro de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). Este proyecto tiene como objetivo restaurar las praderas de posidonia a través de técnicas innovadoras de cultivo y propagación.

Se están llevando a cabo investigaciones para producir plántulas a gran escala y su posterior trasplante en áreas degradadas. Para ello, se han diseñado sistemas de cultivo en vivero controlado que permiten obtener plántulas de alta calidad y en grandes cantidades. Además, se exploran métodos de propagación in vitro, lo que ofrecería la posibilidad de multiplicar rápidamente las plantas a partir de pequeñas muestras de tejido.

El proyecto también se centra en la restauración ecológica, realizando ensayos de trasplante en diversas zonas costeras para evaluar la supervivencia y el crecimiento de las plántulas en condiciones naturales. En paralelo, se llevan a cabo estudios sobre la optimización de los sustratos para la aclimatación de las plantas y se analizan las variables que pueden dificultar su crecimiento en entornos naturales. A largo plazo, los esfuerzos en la restauración de las praderas de posidonia tienen múltiples beneficios.

En primer lugar, se busca recuperar la funcionalidad de estos ecosistemas y los servicios ecológicos que brindan, como la conservación de la biodiversidad marina y la mejora de la calidad del agua. Además,las praderas de posidonia desempeñan un papel importante en la lucha contra el cambio climático, ya que actúan como sumideros de carbono. La restauración de estos ecosistemas también tiene un potencial económico, promoviendo actividades turísticas y pesqueras sostenibles del planeta.

El éxito de estos proyectos depende de la colaboración entre empresas, instituciones y la sociedad en general. Adoptar buenas prácticas en materia de biodiversidad, como la restauración de ecosistemas marinos, es una inversión en el futuro de nuestros océanos y en la sostenibilidad.