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Finalizó el trámite de audiencia del proyecto de real decreto sobre sostenibilidad de la biomasa para uso energético

Durante el pasado proceso normativo, se abrió el trámite de audiencia pública del proyecto de real decreto que regula diversos aspectos relacionados con la biomasa para la producción de energía. Este texto legislativo tuvo como finalidad incorporar al ordenamiento jurídico nacional varias disposiciones de la Directiva (UE) 2023/2413, relativa a la promoción de la energía procedente de fuentes renovables, en lo que respecta a la sostenibilidad y la reducción de emisiones asociadas al uso de biomasa.

La futura norma recogió medidas relevantes, entre ellas criterios más exigentes para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de biocarburantes, biolíquidos y combustibles de biomasa. Asimismo, se contempló una modificación del umbral de potencia térmica nominal, que pasó de 20 MW a 7,5 MW para instalaciones que generen electricidad, calefacción y refrigeración a partir de biomasa sólida.

El texto también reforzó los criterios de sostenibilidad asociados a la biomasa, en línea con los objetivos de conservación de la biodiversidad y de protección de los hábitats naturales. En el caso de la biomasa forestal aprovechada en territorio español, se consideró que cumplía dichos criterios siempre que contase con los permisos exigibles en materia forestal, dado el estatus de país de bajo riesgo que posee España en este ámbito.

Otro de los aspectos destacados fue la introducción del denominado principio de uso en cascada, cuyo objetivo es garantizar un uso eficiente de la biomasa, priorizando su empleo como materia prima en aplicaciones industriales antes de su uso energético, siempre que las condiciones técnicas y económicas lo permitan. Esta medida buscó evitar distorsiones en los mercados de la biomasa, especialmente en aquellos sectores que dependen de esta como materia prima.

Además, el proyecto estableció la prohibición de conceder nuevos apoyos, o renovar los existentes, a la producción de energía exclusivamente eléctrica a partir de biomasa forestal, salvo excepciones justificadas, como en regiones ultraperiféricas o zonas de transición justa. También se excluyó del apoyo financiero directo el uso energético de determinados materiales de alta calidad, como trozas de aserrío, trozas para chapa, madera en rollo para uso industrial, tocones y raíces, salvo que se demostrase la inexistencia de una industria capaz de utilizarlos de forma rentable.

Este proyecto normativo marcó un paso importante hacia una bioenergía más sostenible, trazable y eficiente, alineada con los compromisos europeos de transición ecológica y protección de los recursos naturales.