Gas metano: Un actor clave en los esfuerzos de mitigación de gases de efecto invernadero
El metano, principal componente del gas natural, es un gas de efecto invernadero extremadamente potente en comparación con el dióxido de carbono. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIECC), aproximadamente la mitad del aumento de la temperatura global desde los niveles preindustriales se debe a concentraciones más altas de metano en la atmósfera. Por lo tanto, es crucial priorizar la reducción de las emisiones de metano como parte de los esfuerzos de mitigación de gases de efecto invernadero.
Existen tres razones principales para centrarse en la reducción de las emisiones de metano. En primer lugar, las concentraciones de metano son responsables de gran parte del aumento de la temperatura global y sus efectos climáticos asociados. En segundo lugar, el efecto de calentamiento global del metano ha aumentado significativamente en comparación con el dióxido de carbono debido al rápido aumento de sus concentraciones. Y en tercer lugar, el potencial de calentamiento global del metano es mucho más elevado en periodos de tiempo más cortos, lo que significa que las emisiones actuales de metano tienen un impacto significativo en el cambio climático a corto plazo.
Reducir las emisiones de metano se considera una estrategia de mitigación inmediata y efectiva para limitar el calentamiento global a corto plazo. Si bien es importante abordar las emisiones de otros gases de efecto invernadero, la reducción rápida del metano puede tener un impacto significativo debido a su potencial de calentamiento global más elevado en el corto plazo.
Existen varias tecnologías disponibles para reducir las emisiones de metano. Estas incluyen la recuperación de gas de vertedero a partir de residuos, el uso de biogás producido a partir de estiércol agrícola y la producción de hidrógeno a partir del metano recuperado. Estas medidas no solo contribuyen a la mitigación del cambio climático, sino que también mejoran la calidad del aire y la seguridad energética.
Las principales fuentes de metano son tanto naturales como resultado de actividades humanas. En la Unión Europea, el sector agrícola es la principal fuente de emisiones de metano, seguido de los sectores energético y de residuos. Si bien ha habido avances significativos en la reducción de las emisiones de metano en estos sectores, es necesario seguir implementando prácticas y tecnologías de reducción.
La UE está tomando medidas para reducir las emisiones de metano, pero se requiere cooperación y acuerdos internacionales para abordar eficazmente el cambio climático a nivel global. La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha realizado informes y desarrollado herramientas, como un visualizador de datos de emisiones de metano, para respaldar los esfuerzos de reducción de este gas de efecto invernadero.