La colaboración público-privada, clave para una gestión de residuos eficaz y sostenible
El papel de los gestores de residuos industriales en España, y particularmente en Galicia, se ha consolidado como un pilar esencial en la construcción de un modelo de desarrollo más sostenible, responsable y adaptado a las exigencias de la economía circular. Así se puso de manifiesto el pasado 22 de mayo durante la asamblea general de ASEGRE (Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales), donde se abordó con claridad la importancia de fortalecer las alianzas entre el sector público y el privado para avanzar hacia una gestión de residuos segura, trazable y respetuosa con el entorno.
En el actual contexto normativo, marcado por regulaciones cada vez más exigentes en materia ambiental y por la necesidad de transitar hacia procesos productivos más limpios, el trabajo de las empresas gestoras de residuos adquiere un protagonismo decisivo. Su capacidad para tratar residuos industriales —tanto peligrosos como no peligrosos— con rigor técnico, innovación y cumplimiento legal, no solo evita impactos ambientales severos, sino que también protege activamente la salud pública y los suelos en los que operan.
Más allá del cumplimiento normativo, el sector representa una auténtica palanca de transformación en clave de economía circular. La valorización de residuos como recurso, el fomento del reciclaje de materiales y la reducción de la dependencia de materias primas vírgenes son estrategias ya incorporadas por las principales entidades del sector, como ASEGRE, cuyos asociados gestionan más del 70% de la capacidad de tratamiento autorizada en España.
Este avance requiere también del impulso de estructuras de acompañamiento al tejido empresarial, como es el caso de la reciente creación de la Oficina de Economía Circular Industrial, cuyo objetivo es ofrecer asesoramiento técnico especializado a las industrias gallegas para mejorar la gestión de sus residuos y subproductos. Esta iniciativa responde a una necesidad ampliamente compartida por el sector: contar con herramientas operativas que faciliten el cumplimiento de los objetivos europeos de circularidad, reduzcan los costes ambientales y generen nuevas oportunidades de negocio vinculadas a la innovación.
La experiencia demuestra que solo a través del diálogo y la colaboración entre administraciones, empresas, asociaciones profesionales, centros de investigación y ciudadanía será posible abordar de forma eficaz los retos de la transición ecológica. Las soluciones que demanda el presente —y exige el futuro— no pueden construirse desde visiones aisladas ni con respuestas parciales.
En este sentido, encuentros como el organizado por ASEGRE son fundamentales para consolidar una visión compartida del modelo de gestión de residuos que necesita nuestro país. Un modelo donde la colaboración público-privada no sea una excepción, sino la base sobre la que se edifiquen nuevas estrategias industriales, más limpias, circulares y sostenibles.
La gestión de residuos no es solo un servicio técnico, es una responsabilidad colectiva con el planeta. La suma de esfuerzos, conocimiento y compromiso será la clave para que esa responsabilidad se traduzca en resultados reales, visibles y duraderos.
