La Xunta impulsa un proyecto pionero para estudiar el impacto en los embalses de la presión humana y mejorar la calidad de sus aguas con técnicas innovadoras
La Xunta impulsará este año un proyecto pionero para el estudio del impacto que tienen sobre la calidad del agua embalsada la contaminación y la presión ligada a diferentes tipos de actividades desarrolladas en los entornos fluviales y que acaban repercutiendo en la salud ambiental de ríos, embalses y ecosistemas asociados.
Con tal fin, la conselleira de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez, y el rector de la Universidad de Vigo (UVigo), Manuel Reigosa, firmaron esta mañana un convenio de colaboración para crear un grupo de trabajo entre Augas de Galicia e investigadores universitarios que ahonde en los efectos de la acción humana sobre las cuencas de los embalses y permita, a la vez, planificar a futuro medidas que redunden en su mejora ambiental.
Con un presupuesto de 421.233 euros -el 93% será aportado por Aguas y el 7% por la UVigo-, el estudio se centrará en el ámbito de tres cuencas piloto, Caldas de Reis, As Forcadas (Valdoviño) y Portodemouros (Arzúa-Vila de Cruces), seleccionadas por ser representativas de las tipologías de embalses que hay en Galicia-Costa y con la intención de fijar una nueva metodología de planificación aplicable a otros dentro de la misma cuenca.
En primer lugar, tal y como recoge el convenio, se realizará una evaluación de la situación actual en las cuencas hidrográficas escogidas, lo que permitirá establecer las primeras conclusiones sobre el estado de los ecosistemas y de las presiones que habían podido estar agravando su situación ambiental. Se estudiarán también las dinámicas químicas y biológicas de estas zonas a lo largo del tiempo, para comprender mejor los impactos de la contaminación y desarrollar un modelo matemático que prediga los efectos de las distintas presiones sobre la calidad del agua, fundamentalmente en los nutrientes.
Con los datos recogidos a lo largo de 2025 se realizará una primera versión del algoritmo que permitirá predecir los impactos sobre la calidad del agua, y ya en el primer semestre de 2026 este modelo matemático se perfeccionará con los datos restantes.
La fase final de los trabajos (que se extenderán hasta el 30 de julio del año que viene) consistirá en analizar la respuesta de los tres embalses ante la presencia de diferentes cantidades de nutrientes y en el desarrollo de experimentos de biorremediación sobre el terreno.
En concreto, un ejemplo práctico de esta técnica es la plantación de vegetación de ribera para mejorar la calidad del agua en ríos y embalses ya que los arbustos y árboles autóctonos actúan como filtros naturales por su capacidad para absorber el exceso de nutrientes procedente de diversas fuentes. Además, disminuyen la cantidad de sedimentos que se desplazan hacia el agua y sus raíces estabilizan el suelo y reducen la erosión.
Los embalses, buenos indicadores de la salud de los ríos
El impacto en las cuencas hidrográficas de la contaminación por fuentes difusas -es decir, aquella procedente de varios puntos pequeños y dispersos y, por lo tanto, más difícil de controlar- afecta a la calidad del agua, provocando una eutrofización que puede llevar a la merma del oxígeno y a la proliferación de algas nocivas para la biodiversidad. Esta situación no solo amenaza especies que dependen de estos ecosistemas, sino que compromete la disponibilidad de los recursos hídricos de la zona afectada.
En el caso de las cuencas reguladas por embalses, estos, al acumular agua en su interior, suelen ser un buen indicador a medio plazo de la presencia y de los efectos de este tipo de contaminación difusa. En este sentido, hace falta subrayar que los embalses permiten medir varios parámetros de interés como nutrientes, sedimentos y otros elementos.
La importancia de este proyecto, como explicó Ángeles Vázquez, radica en que por primera vez en el ámbito de Galicia-Costa se estudiarán los efectos de las actividades económicas y humanas sobre la calidad de las aguas de los embalses con el fin de evaluar la respuesta de los ecosistemas ante estas presiones y de planificar e implantar las medidas de remediación biológica más eficaces para garantizar una mejora ambiental de estas masas.
Al respecto, incidió en la importancia de seguir avanzando en la investigación de la mano de las universidades para proteger los recursos naturales de la Comunidad gracias a herramientas digitales como la que desarrollará el nuevo grupo de trabajo. De hecho, el convenio firmado hoy se enmarca en la apuesta por la profesionalización de Augas de Galicia y se financiará con cargo a fondos europeos del NextGenerationUE para la transición en el sector del agua.